Se puede aprender mucho de los libros de Historia, pero se puede y se debe aprender mucho más de la Historia y de las historias, historietas y «cuentos tristes» del día a día que nos están tocando vivir últimamente en España.
En mi anterior artículo titulado “Se buscan líderes buenos que mejoren la historia” decía que éste sitio web se subtitula “Historias para pensar y reír, para llorar ya están los telediarios”, pero que solo por esta vez se podría titular “Historias para pensar y reír, para llorar y dar pena ya están los telediarios” por lo acontecido últimamente en Barcelona-Cataluña-España-Europa-Tierra… pues como aparece escrito en la pantalla de algunas películas… UNAS SEMANAS DESPUÉS… ya no cabe ninguna duda: “Es preferible reír que llorar”.
El humorista blanquinegro sudafricano Trevor Noah, que las ha visto de todos los colores desde su infancia (vivió el racismo, la pobreza y el maltrato en el apartheid), y ahora triunfa con su humor blanquinegro en EEUU, dice que: “Hay que tener un cierto nivel intelectual para ser comediante. Me gusta verme como alguien que piensa críticamente el mundo en el que vive. La comedia es el filtro que uso para procesar toda esa información. Hay quien llora cuando está triste. Pero yo río cuando estoy triste”. Es justo lo que cantaba Peret, el rey de la rumba catalana, cuando cantaba con gran éxito allá por el año 1972: “Es preferible reír que llorar”.
Unas semanas después…
El Ministro y el Poeta
-Un “Ministro de Economía” al que se le van de su país más de 2000 empresas en tres semanas: “¡Ya volverán!”
-Gustavo Adolfo Bécquer: “Ésas… ¡no volverán!”
El Rufián, el Artículo 155 y la Bolsa
-Rufián en un tuit: «155 monedas de plata» (según el Evangelio de san Mateo, Judas Iscariote, el muy rufián, vendió a Jesús de Nazaret por 30 monedas…. pero como la Bolsa española ha subido al despejarse el horizonte político … ahora “la cosa” está en 155 monedas).
La “República”, la de Platón
Platón hace en la “República” (380 a C) una reflexión sobre qué es la justicia y cómo se expresa en el hombre, lo que le induce a describir cómo podría ser el “Estado Ideal”. En ese “Estado Ideal” habría tres clases sociales: en la parte inferior la clase de los trabajadores manuales, en la intermedia la clase de los guerreros, y en la superior la clase de los dirigentes. Esta última, decía Platón, debería estar formada en la filosofía para “alcanzar al fin la visión intelectual del Bien absoluto y el límite extremo del mundo inteligible”… y en cuya cima se podría encontrar el filósofo rey.
Ha llovido mucho desde que Platón escribiera la “República” pero si levantara la cabeza (dicen que la tenía muy gorda) se volvería a meter en la tumba avergonzado ante la interpretación filosófica que hacen algunos de su “República” para implantar en su Estado Ideal “la visión intelectual del Bien absoluto”:
- Filósofo 1: “Los bancos no se irán de Catalunya”.
- Filósofa 2: “Sol, paella y socialismo”.
- Filósofo 3: Éste repite, porque es el filósofo rey, según Platón: “Los bancos se van a pelear por estar en Catalunya».
- Filósofo 4: Para que no se escape el dinero por la frontera: “Es absolutamente indispensable tener un ejército”.
- Filósofo 5: Y finalmente un poco de lucidez: “Desde Londres con amor” (podría ser desde Bruselas, pero no, es desde Londres).
Como dice el humorista Trevor Noah “Hay que tener un cierto nivel intelectual para ser comediante”, pero para ser político parece que sirve cualquiera. Ante esta tesitura, algunas posibles soluciones filosóficas:
La primera, dejar de hacer el ridículo, pues como decía Tarradellas: “En política se puede hacer todo menos el ridículo”… “hay cosas que se pueden hacer, cosas que no se pueden hacer, y cosas que no se pueden hacer y además es mejor no intentar hacerlas”.
La segunda, recuperar el “Sentido Común”, algo que siempre ha funcionado pero que muy re-que-te-bien a lo largo de la Historia y de los «cuentos tristes» como éste: “Reconciliación”.
La tercera, ante la posible duda de si va primero la segunda o la primera solución, y como kit de supervivencia… tomárselo con filosofía y hacer lo que el muy sabio catalán Peret cantaba: “Es preferible reír que llorar”. ¡Visca Peret!… y … ¡Viva Peret!