Hace algún tiempo había un programa de televisión en España que combinaba Internet y humor y tuvo bastante éxito, se llamaba “Torres y Reyes”. Un día trajeron a Evan Henshaw-Plath, uno de los creadores de Twitter, y dijo que… “La idea era inventar nuevas formas de interacción. Vimos que había algo en el SMS que era interesante, queríamos aprovechar esto y desarrollar algo diferente”… y lo consiguieron, hoy Twitter tiene más de 500 millones de usuarios.
El mismo días trajeron a José Antonio Marina (filósofo experto en inteligencia, creatividad y educación, y autor de más de 40 libros)… para dar una clase magistral de 5 minutos, y en esos 5 minutos nos “leyó la cartilla” diciendo que la verdadera gran transformación del ser humano se produjo hace unos 200.000 años con el nacimiento del lenguaje, que hizo que el cerebro se transformara así mismo por dentro creando nuevas estructuras y nuevas conexiones neuronales que ningún otro animal posee. El lenguaje es la clave, “si se empobrece el lenguaje se empobrece la inteligencia”, dijo Marina.
Nuevas enfermedades psicológicas causadas por Internet y los móviles
¿Por qué digo que nos “leyó la cartilla” José Antonio Marina? Nos leyó la cartilla porque hizo una clara crítica hacia la simplificación del lenguaje promovido por alguna redes sociales que podría acabar simplificando el cerebro de algunos… solo le faltó decir “idiotizando el cerebro” a base de tweets. Las redes sociales pueden ser y son una maravilla, pero también pueden contribuir a simplificar-idiotizar el cerebro de algunos que todo lo más que leen o emiten son tweets (eso sí, todo el día). No le dio tiempo a hablar a Marina del lado perjudicial de Internet, las redes sociales y los dispositivos electrónicos… pero bastante dijo con lo de, “empobreciendo el lenguaje empobrecemos la inteligencia”. De esa simplificación del cerebro ya sabemos algo, y sabremos más, y se llaman nuevas enfermedades psicológicas causadas por Internet y los móviles. Algunas de ellas en un cuasi tweet:
- Nomofobia. “No-móvil-fobia”. Es la angustia causada por olvidar el móvil o quedarse sin conexión.
- Síndrome de la llamada imaginaria. El 70% de los usuarios de móviles han sufrido alguna vez la alucinación de que su móvil había sonado o vibrado sin que lo hubiera hecho.
- Cibermareo. Mareo que sienten algunos usuarios de aparatos de realidad virtual parecidos a los que se tienen cuando se viaja en un medio de transporte cuando se mueve… solo que estando inmóviles.
- Cibercondria. La tienen los que creen que padecen alguna enfermedad de cuya existencia se han enterado en Internet. Hasta ese momento ni lo creían ni la tenían.
- Depresión del Facebook. Por tener muchos contactos en las redes sociales o por tener muy pocos.
- Dependencia de Internet. Necesidad enfermiza de estar permanentemente conectado a Internet.
- Dependencia de videojuegos online. Como la que tienen los alcohólicos, los adictos al bingo, a las máquinas tragaperras, etc.
- Efecto Google. Negarse a recordar información porque saben que puede acceder a ella en cualquier momento. Es una antigimnasia para las neuronas que necesitan ser ejercitadas recordando información.
Consejos para “defenderse”:
Los neuropsicólogos ya han realizado numerosos estudios ante la que tenemos encima y la que se avecina y dan algunos consejos y soluciones para “defenderse”:
- Llevar el móvil en modo de silencio.
- Desactivar las notificaciones para que las alertas no nos interrumpan una y otra vez.
- No dormir junto al teléfono.
- No acostarse y levantarse con él (móvil) o ella (la tableta).
- Aparcarlo durante el fin de semana y “visitarlo” en horas concretas.
- Hay muchos más consejos…. en Internet.
¿A quién no le ha sucedido estar hablando con una persona, su móvil emite un sonido cualquiera, y en ese momento la conversación y el mundo se detienen para dar prioridad absoluta y atender a San Móvil que llama directamente desde los cielos?
Desde luego, síntomas de enfermedades psicológicas los hay. Y soluciones: también. La buena noticia es que no estamos atados de pies, manos y cerebro…. ¡si no queremos estarlo!