Cuentan que Fray Luis de León acostumbraba a empezar sus clases en la Universidad de Salamanca con un “Como decíamos ayer…” para conectar la clase anterior con la siguiente. Cuentan también que tras 4 años en la cárcel al incorporarse a la docencia, y como si nada hubiera ocurrido, este catedrático de Teología empezó su primera clase en 1577 con su ya conocido: “Como decíamos ayer…”.
Más de uno se preguntará, y porqué fue a la cárcel 4 años… ¡pues por haber traducido la Biblia al lenguaje vulgar sin licencia!, concretamente hizo una particular versión, dijéramos que muy creativa, del “Cantar de los cantares” (en fin, cosillas menores de la Inquisición).
Algo parecido ha ocurrido con mi blog, pues llevo 4 meses sin escribir un artículo. Más de un amigo me ha preguntado… ¡y de tu blog qué…! y es que no saben que he estado liderando varios proyectos gordos de traducción al “lenguaje vulgar”, como mi colega lejano Fray Luis de León. Pero no he estado traduciendo la Biblia sino algo mucho más terrenal, aunque no por eso menos espiritual pues vende también sueños: ¡he estado con mi equipo traduciendo a varias lenguas varias campañas complejas de publicidad! (es lo que tiene la globalización).
Y ahora que ya está más o menos bajo control (tras un KikKat de 4 meses)… ya estoy aquí para contaros una clase magistral de otro gran maestro, pero no de Teología, sino de Publicidad: una clase del maestro Joaquín Lorente (más de 70 premios nacionales e internacionales, exitosos libros como “Casi todo lo que sé de publicidad”, “Piensa, es gratis”, etc.). Pues bien. Hace unos días invité a Joaquín Lorente a dar una charla a mis alumnos de la asignatura “Redacción Publicitaria” en la Universidad Autónoma de Barcelona y no solo les “dio una charla” de Publicidad… sino que les “regaló toneladas de pasión” por la Publicidad.
Escribe 3 cosas que te apasionen en la vida
-La cosa empezó así. En un mundo lleno de pantallas, sin ppt, ni pizarra, ni nada audiovisual, a pelo… les dio un simple trozo de papel a cada uno y les dijo que escribieran 3 cosas que les apasionaran en su vida… y les dio 1 minuto.
-La cosa siguió así. Acto seguido les dijo: “No me deis el papel, no me interesa. Estáis estudiando Publicidad en la universidad, carrera y profesión que habéis escogido… los que no habéis escrito que una de esas 3 pasiones de vuestra vida es la Publicidad… ¿qué estáis haciendo aquí?”
Imagina la cara de los que escribieron que una de esas 3 pasiones era la Publicidad… ¡e imagina la cara de los que no! Acto seguido les espetó que triunfar en la vida y en cualquier profesión, sea la que sea, esta chupado… ¡si tienes pasión por tu profesión!… y les siguió ametrallando con numerosos ejemplos a diestro y siniestro.
-La cosa acabó así. Y como es de bien nacidos ser agradecidos, cuando Joaquín Lorente se fue se nos ocurrió enviarle un email con este ASUNTO: “Joaquín, gracias por”… (y que cada alumno que quisiera le diera las gracias en una frase). La avalancha de emails llegó como un torrente, aquí solo hay una pequeña representación:
-Gracias por… darnos PAsión, LAbia, BRAvura.
-La conferencia de hoy, me ha servido para replantearme mi futuro y sobre todo mis ideas.
-Aprender y enseñarnos a aprender.
–La franqueza, la transparencia, la verdad.
-Poner pasión a nuestra pasión.
-Afianzar con tus palabras la publicidad en el top 3 de mis pasiones.
-Nos has hecho mirar dentro de nosotros mismos, algo que normalmente no nos proponen hacer.
-Desnudar la profesión con tus palabras.
-Darnos una lección de vida en dos horas.
-Gracias por decirnos lo importante que es tener pasión por tu trabajo, siempre he pensado lo mismo y hasta me sentía rara cuando lo decía en público. Ahora sé que los raros eran ellos.
-etc…
Si es que 4 años en la cárcel (con mucho tiempo para leer y pensar) o 4 meses sin escribir en un blog (pero leyendo y pensando) no son nada en la vida si en la ausencia hacías cosas relacionadas con tu pasión y cuando vuelves al tajo lo haces con más pasión todavía… y esto no solo sirve para la Teología y para la Publicidad, sirve para todo y para todos.
“Como decíamos ayer…”: Gracias por recordarlo, maestros.