En nuestro día a día los españoles somos como las pesetas tenemos una “cara” y una “cruz”, y quizás alguno añadirá, y un “borde”, porque mira que hay cada “borde”. En cualquier caso, y aunque parezca mentira, con nuestras “caras”, con nuestras “cruces” y con nuestros “bordes” producimos más envidia que otra cosa a algunos extranjeros que viven en España.
El periódico EL PAÍS ha preguntado recientemente a algunos extranjeros que viven en España sobre la idiosincrasia de los españoles y salimos muy bien parados. Como en los chistes, era una vez un alemán, un inglés, un noruego y un español… que vivían en España. Y esto es lo que decía cada uno.
Una alemana. “Sabemos reírnos de nosotros mismos”
Dice una alemana (Angela, 34 años), educadora infantil que vive en Madrid, que los españoles son únicos en algunas cosas: “Tienen mucha guasa. Me asombra la capacidad que tienen para bromear hasta límites insospechados en las situaciones más críticas. Muertes, enfermedades, robos, peleas… Nada es intocable cuando se trata de humor y de reírse de las desgracias. Es una gran lección de vida. Cuando vivía en Alemania era impensable hacer bromas con determinadas cosas. Pero desde que estoy en España dramatizo y me agobio mucho menos ante cualquier adversidad. He aprendido a reírme de todo, sobre todo de mí misma, y a tomarme las cosas con calma. Los españoles me han enseñado que nada es demasiado grave como para no hacer humor”.
Un inglés: “Tenemos miedo a los cambios”
Dice un inglés (Ian, 58 años) que lleva once años trabajando en España como profesor de inglés: «El español se esfuerza en ser feliz. Y eso es muy importante. La gente siempre encuentra el camino para ser feliz. Los británicos, sin embargo, estamos siempre cabreados»… pero hay una cosa que no le gusta de los españoles y es el miedo al cambio. «Es frustrante ver lo que le cuesta a los españoles tomar una decisión. Tienen mucho miedo a los cambios. Pasa en muchos ámbitos, pero en política se ve muy claro. La gente no cambia su voto a pesar de que el partido al que apoyan sea el más corrupto del mundo. Eso es malo para el país. Los británicos nos cabreamos con los políticos, los echamos y cambiamos el voto sin grandes tragedias». Por cierto, este inglés ha conseguido la doble nacionalidad, británica y española, y visto lo visto con el Brexit está pensándose si renunciar a la inglesa y quedarse solo con la española.
Un noruego: “En Noruega `hacemos el español´”
Dice un noruego (Pål, 43 años), periodista deportivo: «En Noruega hay un dicho que es ‘hacer el español’. Lo usamos cuando alguien se salta las normas o hace alguna trampita. En mi país somos muy cuadriculados y eso choca mucho con el carácter pillo de los españoles”.
Un español: “Virgencita, virgencita…”
Dice un español (uno cualquiera de nosotros, con “cara”, “cruz” o “borde”)… la alemana, el inglés y el noruego no saben dónde se han metido, en cualquier caso les va a costar salir porque “España se convierte en la segunda potencia turística mundial tras superar a EEUU” con 82 millones de turistas. Y por si fuera poco España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida (83 años). Así que, como reza el dicho popular español… “Virgencita, virgencita, que me quede como estoy… y donde estoy”. Siesta incluida.
Como decía aquel…»predicas al converso». Aunque en ocasiones me gustaría tener los niveles de eficiencia de los alemanes, el orgullo identitario de los ingleses o la integridad de los noruegos. Pero sí, a pesar de ello, Virgencita, que me quede como estoy. Un abrazo, amigo Mariano
No se puede tener todo…. pero sí se puede luchar por tener todo. Así tenemos siempre algo por lo que luchar… amigo Rafa. 🙂