Las cosas han cambiado mucho. Hemos pasado del “divide y vencerás” de Julio César, al “divídete y serás vencido” de las nuevas tecnologías. Todo el mundo habla de sus “multitareas” casi de manera estandarizada (atender siempre y a cualquier hora WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter, Tinder, e-mail… y además ser capaz a la vez de trabajar y/o estudiar), como si el cerebro humano pudiera hacer muchas cosas a la vez al 100% y todas bien. Y, simplemente, NO es cierto. Y está científicamente demostrado.
La neurociencia lo llama “alternancia continuada de la atención”, más conocida popularmente como “tocar muchas teclas a la vez y ninguna bien” o “quien mucho abarca poco aprieta”. Y es que crecer entre tecnologías no nos hace más inteligentes, sino más adictos. Y las adicciones son eso: adicciones. Drogas, alcohol, cocaína, pastillas, marihuana, apuestas, juego, pornografía… todas están reguladas por la misma hormona: la dopamina (la hormona del placer)… y el famoso like que mucha gente busca/necesita en su día a día es una descarga de dopamina/aceptación social (completamente falsa).
Lo cuenta magníficamente con pelos y señales la psiquiatra Marian Rojas en su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”:
– “Facebook admite que juega con la mente de sus millones de usuarios”.
– Facebook ha sido creado “para explotar una vulnerabilidad de la psicología ser humano: la retroalimentación de la validación social”.
– “Cuando la gente da al like, recibe ese pequeño golpe de dopamina que les motiva a subir más contenido…”.
(Sean Parker, cofundador de Facebook).
– Remnick: ¿Cuál es el uso erróneo de un iPhone? (David Remnick, periodista del New Yorker).
– Ive: Creo que el uso constante… Tenemos que ejercitar el autocontrol para encontrar el equilibrio. (John Ive, codiseñador de iPhone, iPod y iPad).
Más es menos: para muestra un botón
La relación entre “déficit de atención” y “multitarea” está muy estudiada y, aunque parezca mentira, hacer varias cosas a la vez nos hace MENOS eficientes hasta en una reducción del 50%, y es que el cerebro es capaz de captar de forma superficial mucha información, pero no es capaz de retenerla.
Para muestra un botón. Hace unos días pregunté en clase a mis alumnos de la Universidad Autónoma de Barcelona si alguno tenía experiencia laboral, fuera del tipo que fuera. Un alumna contó que trabajaba de camarera en una panadería-cafetería y nos explicó algunas de sus experiencias positivas y negativas con los clientes (el famoso creativo publicitario David Ogilvy decía que todo publicitario, para serlo, debería ser antes vendedor… esta alumna ya tiene esa ventaja). Y un alumno explicó también que había trabajado en IKEA preparando pedidos como mozo de almacén.
A la semana siguiente, en la misma clase, traje a colación las aportaciones de estos dos alumnos y me dirigí directamente al alumno que había trabajado en IKEA, lo tenía a apenas unos metros, hablaba de él, y todos sabían que hablaba de él, menos él (estaba enfrascado, cabeza abajo en su móvil). ¿Te imaginas que en el examen pongo una pregunta relacionada con lo comentado sobre el “mozo de IKEA” y responden todos bien, menos el propio alumno protagonista de su propia historia? Con su cuerpo estaba en clase, pero con su móvil no estaba en clase… he aquí un ejemplo de la reducción del 50% de la atención, en este caso del 100%.
La frase de Julio César “divide y vencerás” ha pasado a la historia… pero al paso que vamos se va a ver superada ampliamente por el “divídete y serás vencido”. Para muestra un botón. Pero, ¿cuántos de nosotros podíamos montar una “botonería” por culpa de uso-abuso de las nuevas tecnologías? Por cierto, suena a montar una “charcutería” (de cerebros).
Me gusta y creo recordar que siempre te gustaron las frase de Julio César…
Las de Julio César y las de otros muchos que nos han aportado “conocimiento” para todos los que vamos detrás. Hoy hay que distinguir entre los que aportan “conocimiento” y los que solo aportan la última parte de la palabra: “-miento”. Claro que también se puede interpretar como: “Miento luego existo”.