Todas las personas tenemos un cerebro muy sofisticado. Todos tenemos inteligencia. Todos tenemos algunas de las “inteligencias múltiples” de las que habla Howard Gardner. Todos somos buenos en algo y malos en algo. Todos tenemos algún “talento” y lo mejor que podemos hacer en la vida es descubrirlo, explotarlo, exprimirlo y sacarle el mayor partido posible porque nos ayudará a ser más felices… que es en definitiva para lo que estamos aquí: ¡para ser lo más felices posibles!

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Cuando somos muy niños todos tenemos una verdadera orgía intelectual en nuestro cerebro porque jugamos a ser lo que queremos y podemos ser un día, médicos, otro bombero, otro policía, otro capitán, otro astronauta… porque la imaginación nos permite volar y ser lo que nos da la gana.

Luego la escuela, la formación recibida, la sociedad, el mercado laboral… y el azar nos “profesionaliza”, a veces acierta y a veces no… y a veces no solo no acierta sino que nos coloca en un puesto de trabajo del que el mayor objetivo es que llegue el fin de semana. ¿Cómo se puede ser así feliz en la vida?

Yo soy de los que ha acertado. Me gusta leer, me gusta escribir, me gustan los idiomas, me gusta enseñar, y me gano la vida leyendo, escribiendo, traduciendo y enseñando creatividad en la universidad… así que, personalmente y profesionalmente… ¡bingo total!

Orgía intelectual permanente

Y ahora vuelvo a hablar de la “orgía intelectual” de cuando todos éramos niños porque jugábamos a ser lo que nos daba la gana (médicos, bomberos, policías, capitanes, astronautas…)…solo que ahora “el niño” que escribe esto tiene más de 50 años… es especialista en cirugía de las palabras haciendo traducciones creativas de publicidad y marketing, apaga fuegos de los clientes desde hace muchos años,  investiga sobre la creatividad del ser humano que está por todas partes, dirige un equipo de traductores brillantes, y se pasa el día viendo y observando las ideas de los demás con la perspectiva de un astronauta… desde lejos… pero a la vez cerca porque hay que tomar decisiones… para evitar estrellarse y llegar a buen puerto… pero sobre todo para evitar decir lo que ya dijo Borges….“He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz.”

Por eso este blog lleva por título “Historias para pensar”, porque va a tratar de muchos temas (vida, amor, sexo, humor, creatividad, solidaridad, pasión, optimismo, energía, educación, talento, felicidad, etc.…) y de ninguno en concreto… porque uno de los mayores placeres es “jugar a pensar” y “compartir ese juego” con familiares, amigos, clientes, alumnos, y todo el que se quiera unir a la panda… como cuando todos éramos niños… pero ahora niños hasta los 100 años. Después, ya lo sabes, todos calvos.

Así que, “carpe diem” (disfruta el momento). Disfruta con “Historias para pensar”…