Desde niños nos enseñan en el colegio que el ser humano nace, crece, se reproduce y muere. ¿Y ya está? Se preguntan muchos ya de adultos. Según se mire. Algunas multinacionales muy prósperas del sector del Más Allá venden desde hace unos cuantos miles de años la idea de que tras la muerte hay algunos “productos eternos” que duran para siempre, relacionados siempre con el pecado y con la virtud: el cielo, el infierno, la reencarnación, la gloria, el purgatorio, el paraíso, el nirvana, etc.

Pero no hay constancia de que nadie jamás haya recibido esos “productos eternos” para siempre, y ni siquiera para un rato. Por eso hay una gran división entre los que “compran”, los que “no compran”, y los que “ríen”.

Captura de pantalla 2017-02-22 a las 12.04.33Los que “compran” parece que lo hacen preocupados porque necesitan dar un sentido a su vida más allá de la muerte, ya que la vida que tienen aquí no tiene del todo sentido por sí sola, o les sabe a poco y quieren más y mejor.  En el fondo son muy ambiciosos porque quieren toda la felicidad y la quieren para siempre en otra vida, ya que esta es muy corta y, dijéramos, que… ¡la pobre no da para más!

Los que “no compran” parece que lo hacen porque no creen que haya un más allá, así que se toman muy en serio aprovechar todo lo que se pueda aquí, porque una vez que se acaba esta vida ya no hay nada más. En el fondo  pueden pensar que ciertamente hay un cielo y hay un infierno… pero ambos están en esta vida, y de hecho si te toca vivir en un territorio donde hay guerra, eso es el infierno.

Los que “ríen” por cualquier cosa, o se ríen de las cosas, o le dan a cada cosa la importancia que tiene, o no se toman la vida tan en serio, o se ríen de sí mismos, o lo relativizan todo, son quizás los más felices porque van a lo seguro. Mientras viven están más tiempo alegres aquí porque se lo proponen, suelen crear un entorno de alegría y buen humor a su alrededor, son incluso más queridos entre los suyos y por los demás porque son optimistas, positivos, alegres… y seguro que, si hay un más allá, sólo por eso ya van merecidamente al cielo.

¿Compro,  no compro, río?

No sé si esta es una clasificación muy seria, tampoco me importa que  lo sea, me importa más que sirva a las personas para pensar y tener ideas propias, como me sirve a mí. Y no soy el único, el poeta Paul Valery decía que, “La gente seria tiene pocas ideas. La gente con ideas nunca es seria”… así que por lo menos estamos en el camino de tener ideas, lo que no solo está de moda sino que además vende. Y hablando de vender, hasta el gurú de marketing Tom Peters se moja en esto de reír cuando dice que, “Si usted no se divierte, está usted desperdiciando su vida”.

En cualquier caso, lo mejor de todo es no tener que decir al morir, “He cometido el peor pecado que un hombre puede cometer: no he sido feliz”, como dijo Jorge Luis Borges. Lo mejor es ir a lo seguro para poder decir al morir: Me he reído mucho aquí y, si hay algo más allá, lo seguiré haciendo allí.