Comienza un año nuevo y hay un objetivo que todos, consciente o inconscientemente, tenemos: ser más feliz que el año anterior, o por lo menos igual (los menos ambiciosos). Pues la buena noticia es que lo podemos conseguir si aplicamos la ciencia… ¡no la tecnología!, es decir, si aplicamos a rajatabla lo que nos viene de serie: sexo, ejercicio, música y conversación.
Dice Dan Gilbert, prestigioso psicólogo de la Universidad de Harvard, que “La industria de la felicidad es una buena idea, pero debe basarse en la ciencia. Es muy fácil dar a la gente recetas para su vida. Ha ocurrido durante miles de años. Cada cura, cada rabino, cada orador motivacional, cada camarero, cada taxista, cada vecino tienen una opinión sobre la felicidad. ¿Qué opiniones son acertadas y cuáles no? Solo hay una manera de saberlo: la ciencia”.
Según este psicólogo y tras numerosas investigaciones científicas (que no son otra cosa que preguntar a miles de personas y de sus respuestas llegar a conclusiones extrapolables a la mayoría de la población)… la felicidad tiene 4 pilares, a los que propongo añadir… ¡4 verbos!
Los 4 pilares son: sexo, ejercicio, música, conversación.
Los 4 verbos son: practicar (sexo), hacer (ejercicio), escuchar (música), “dar-le” a la sin hueso (conversación).
Pilar 1: Practicar sexo.
Internet puede facilitar las cosas de manera “provisional” y durante un tiempo, pero todos sabemos que es un autoengaño… y que la gracia física, química y espiritual está en “practicar sexo” con tu pareja de carne y hueso, no con una pantalla. Puede parecer una obviedad, pero somos “animales” y eso, además de ser una evidencia científica… va a misa (en cualquier religión).
Pilar 2: Hacer ejercicio.
Nuestro frágil cuerpo humano se ha pegado miles de años buscando comida para arriba y para abajo, y por eso estaba “en forma”. Las gallinas que entraban por las que salían, había un equilibrio entre lo que se comía y se quemaba. No había obesos. Hoy hay cada vez más obesos porque se come más de lo que se quema. Entran más gallinas de las que salen y claro… ponen huevos… y para disimularlo les llamamos “michelines”.
Pilar 3. Escuchar música.
Si los seres humanos somos “humanos” es porque tenemos emociones y la música influye en el estado de ánimo, minimiza el estrés, reduce la sensación de fatiga y la ansiedad, produce sensación de placer y bienestar. ¿No te ha ocurrido que no puedes quitarte de la cabeza una canción que te gusta? ¿O que te incita a bailar? ¡Porque es una dosis de placer y de felicidad y el cerebro quiere más y más!
Pilar 4. Conversar (o “darle” a la sin hueso).
¿Por qué en todas las culturas las familias no hacían sus casas desperdigadas por el campo con todo el campo que hay? ¿Por qué tendemos a juntar las casas y llamarlas “pueblo”? ¿Por qué en cada pueblo hay un bar y no se monta cada uno su bar en su casa? Porque tenemos la necesidad de enterarnos de lo que pasa en el pueblo (y en el de al lado), de comentarlo, de chalar, de criticar… porque somos seres sociales, y preferimos la sociedad a la soledad.
La verdad es que la “teoría” de los 4 pilares de la felicidad, además de ser científica, es muy “práctica” y se disfruta mucho más si se juntan los 4 pilares con 4 verbos: practicar sexo según la variedad de ejercicios que propone el Kamasutra, hacerlos mientras se escucha música, y comentarlo plácidamente después. Así tenemos, cuatro en uno: sexo, ejercicio, música y conversación.
Quizás no es la máxima felicidad, pero es un muy muy buen mínimo para empezar el 2019… ¡lo dice la ciencia!
Y si vamos sobrados de creatividad y de fuerzas que cada cual añada los pilares y los verbos que quiera, que para eso los seres humanos tenemos miles de lenguas y miles de verbos para combinar… ¡a placer!
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