La verdad es que el mundo siempre ha sido muy complejo, lo que pasa es que no se sabía que era complejo. Todos iban a golpe de pito, había unas creencias fijas, el que mandaba… ¡mandaba y a callar! Y si alguno se salía del carril se le daba un corrector físico o moral, o incluso matarile, para que sirviera de ejemplo y todo seguía casi igual por los siglos de los siglos, pero ahora…

¿Quién manda ahora en “el-tu mundo”?

¿Quién manda ahora en “el mundo”? ¿Y en “tu mundo”?

Pues no se sabe a ciencia cierta porque mandan o “muchos”, o “uno”, o “ninguno”. Lo que sí se sabe es que entre los que más mandan están las Redes Sociales  Facebook, Instagram y Twitter, que son como el Padre, la Madre y el Espíritu Santo de los tiempos modernos. Lo que circula por Facebook, Instagram y Twitter… es lo que va a Misa (sea verdad o sea mentira, pues no se sabe a ciencia cierta lo que es verdad y lo que es mentira).

Así, algunos que están en su mundo piensan que gracias a las redes sociales tienen miles de amigos, y cada “like” les da un subidón de adrenalina y una sensación de poder que suele estar más cerca de la mentira que de la verdad, pues como dice Nuccio Ordine en su libro superventas La inutilidad de lo inútil,  “uno es rico si tiene 3 amigos, no 3500”.

Aunque en algunos lugares muy concretos todavía manda “uno”. Por ejemplo, en Irán manda el presidente del país hasta para decidir quién puede ir y quien no a ver un partido de fútbol a un estadio. Hace poco leí que el jugador de fútbol iraní Masoud Shojaei,  que juega en el Panionios de Atenas y en la selección nacional de fútbol de Irán, fue invitado a la casa del presidente por sus éxitos deportivos y le dijo: “Mire, presidente, llevo muchos años con la selección y me da mucha pena que mi madre nunca me haya podido ir a ver al estadio. Somos el único país en todo el mundo en el que la mujer no puede ir al estadio”. Y el presidente le respondió: “Tenemos que pensarlo”.

Y si le preguntas a cada uno, cada uno te da sus razones del porqué sus pensamientos y sus creencias son “sus verdades”. Es más, hasta el filósofo griego Pirrón de Elis lo argumentaba magníficamente cuando decía que “A toda razón se opone una razón equivalente”, es decir, que hasta el presidente de Irán te puede dar miles de razones de por qué, si vives en Irán, una mujer no puede pisar un estadio de fútbol, pero si vives a unos cuantos kilómetros te puedes ir al fútbol con todas tus 3500 amigas y, es más, beberte unas cervezas con ellas (a pagar tú, que para eso eres el “amigo”, o más bien el “primo”).

Pues a fecha de hoy parece que el filósofo griego Pirrón y el creativo publicitario Bill Bernbach, con 2300 años de diferencia, piensan prácticamente lo mismo.

Bill Bernbach: “El cerebro no es un instrumento lógico. Es un órgano para la supervivencia, como las garras y los colmillos. Por tanto, el cerebro no busca la verdad, busca la ventaja. La verdad no es verdad hasta que la gente te cree.”

Pirrón de Elis: “Solo persuade aquello que cada uno encuentra por sí mismo”.

En otras palabras, para los que nos ha tocado vivir ahora en estos tiempos complejos dominados por las Redes Sociales (a los muertos ya tanto les da), vivimos en un mundo sobre-informado en el que verdades y mentiras campan a sus anchas sin control por la Red, pero tenemos una gran suerte, podemos pescar lo que nos interesa y lo que no devolverlo al río. En el mundo mandan muchos y hay muchas verdades (como siempre)… la gracia está en conocerlas todas y en saber elegir.

¿Nos tomamos 3500 cervezas para celebrarlo? Perdón, quería decir 3 cervezas.