Siempre he pensado que una de las obligaciones de los docentes y de los comunicadores es enseñar lo que nos enseña la Historia, sea en el área de conocimiento que sea. Porque la historia no es solo lo que ocurrió en el pasado, es sobre todo conocimiento acumulado para aprender de él y mejorar el presente y el futuro. Y lo que estamos pasando ahora con el coronavirus no es la primera vez que ha ocurrido en la historia. ¿Lo habremos aprendido?

¿Saldremos mejores de esta crisis? Saldremos.

Quiero creer que sí, porque tengo fe en la Humanidad en el sentido de que “cada vez se vive un poco mejor en la Tierra” y se supone que es un mérito de los humamos, a pesar de los pesares. Cierto que ha habido grandes pasos hacia adelante y también grandes pasos hacia atrás, por ejemplo, las dos Guerras Mundiales. Pero la lección es que una tercera Guerra Mundial aunque es posible, es a la vez imposible porque “el que la empieza la paga” con su propia autodestrucción ya que hay medios suficientes para arrasarlo todo, y el dicho ya lo dice: “el que la hace la paga”.

¿Cuál es la mayor amenaza mundial entonces? ¿Un “simple virus”? Sí, el coronavirus COVID-19, y la prueba es que en poco más de dos meses ya es mundial, está matando gente en los cinco continentes y esta vez no hay excusa “los aliados somos todos” contra este enemigo común que es la pandemia global que estamos sufriendo. Si bien, siempre hay algún gobernante que se cree más listo que los demás, hasta que él mismo o alguien de su entorno “lo coge” (como ya ha sucedido) y entonces queda como el más tonto. ¡Nada nuevo en la historia!

La “ventaja” de esta Guerra Mundial (sin añadir tercera) es que el enemigo lo tienen en su propia casa todas las naciones de todos los continentes (grandes, pequeñas y medianas), por lo que la UNIÓN de todas las naciones es la única solución para ganar esta gran guerra que curiosamente tiene el enemigo más pequeño imaginable: un virus.  

Algunos políticos lo han despreciado porque su soberbia y su ignorancia les hace estar ciegos y sordos, aunque no mudos, como si al virus le importara un pepino sus discursos berborreicos (los virus no hablan chino, ni inglés americano, ni inglés británico, ni español venezolano, ni español mexicano, ni brasileño, ni bielorruso, ni neerlandés… la lista es larga). 

Manipular vs Persuadir

Quizás este virus va a poner a cada uno en su sitio y nos va a dar a todos una clase de argumentación lingüística distinguiendo entre “manipular” y “persuadir”:

-Manipular es distorsionar con mentiras la realidad buscando el beneficio propio.
-Persuadir es convencer con razones para lograr que alguien haga algo.

Decía Konrad Adenauer que la Historia es la suma de las cosas que se podían haber evitado. El virus quizás era inevitable, son muchos los errores que estamos cometiendo los humanos (y los que seguiremos cometiendo) y por algún lado tiene que reventar tanta soberbia, pero quizás en el futuro los ciudadanos de la Tierra tenemos que aprender a colocar en el poder a persuasores y no a manipuladores. 

¿Saldremos mejores de esta crisis? Saldremos. Quizás uno de los tristes logros de este virus es que en el futuro ganarán más veces “los buenos” porque habremos aprendido a distinguir mejor entre manipuladores y persuasores. Y quizás incluso la ciencia y los que se dedican a ella descubran una reacción química que con un solo test los distinga y nos facilite “evitarlos” (como decía Adenauer), con lo que ganará la Historia y sobre todo los ciudadanos de la Tierra.

¿Saldremos mejores de esta crisis? Saldremos. Lo sé porque cada día a las 8 de la tarde millones de personas en todo el mundo se asoman a las ventanas y salen a los balcones y a las terrazas a aplaudir a los sanitarios que nos cuidan con las pocas razones que tienen (les falta de todo), pero razones (no mentiras).

¿Saldremos mejores de esta crisis? Saldremos.

Cuando pase esta tormenta, que pasará GRACIAS A LOS SANITARIOS y a la responsabilidad de los ciudadanos de quedarse en casa, sabremos que en esta Guerra Mundial ELLOS son los héroes, y no algunos tontos que nos dirigen. Y quizás algunos de estos tontos han aprendido algo y desde el poder que ostentan deciden dedicar más presupuestos a la ciencia y a la educación (razones) y menos a las mentiras y a las tonterías que nos inundan. Y nosotros, los ciudadanos que les votamos, tener memoria y saber distinguir entre manipuladores y persuasores, que no es nada fácil.

¿Saldremos mejores de esta crisis? Sin duda, saldremos.